Cae lo oscuro
Llueve en la calle.
Sobre la redonda agonía del mundo
está tendida la claridad.
Me inicio en la noción
de una podrida sala de pensamientos
pero cuya boca de niño grita ahogada
y nos naciera en toda el alma.
Y ya que toda la tristeza posible.
Si dolieran los ojos al mirar, sería poco.
Este dolor tiene la altura de un siempre.
O de un nunca.
-Adrián Campillay (San Juan, Argentina, 1969-2017)
*(Foto mia, subte línea A, Bs.As. Argentina)
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