domingo, 23 de marzo de 2025

Meditación del amor

------------------------MEDITACIÓN DEL AMOR para jugar un rato con este pequeño escenario. Cada rincón, cultiva a diario una imagen inédita por la cuál un alma conmueve a otra. Absurda es la violencia tan mezquina como imperante.-----------------------

El amor de frente
Se recuesta en la noche.
Suavemente
en su dulce costado
El amor suavemente
aparece por la espalda
como la brisa en el verano.
El amor de lejos viene
Recorre caminos
Se aproxima tímido y cálido
Con su manta recortada.
Un amor que se hace más fuerte
Se entrena
Se gusta a sí mismo
Gusta de nosotros
Y nos elige.
Nos da su poder
Para confiarnos la belleza
Y conmovernos con cada encanto
Con cada palabra
Con cada gesto
Es pasión que está en todas partes
Si uno sabe tejer con ella
Y también está aquí
En lo más íntimo de la noche.

sábado, 22 de febrero de 2025

LOS ESCRIBIENTES

Te escribo porque me di cuenta, el otro día, de que no alcanza el simple hecho de pensar, por más que piense de día y de noche. 


Te escribo para conectar conmigo, no me leas. Te escibo, hermano de las letras, porque así tampoco llego a mí, pero me acerco y al acercarme descubro lo impensado. Lo impensado no es algo extravagante, puesto que lo extravagante puede imaginarse y consumirse. Lo impensado es todo lo que no puede pensarse suelto sino que puede pensarse en base a la letra, a la conexión con el papel o con el teclado o con la voz... 


Te escribo como te hablo, no para que me respondas. Te escribo a lo lejos, a la sustancia amor. Y en la melancolía de la noche, aún más, te escribo. 





viernes, 21 de febrero de 2025

Noches blancas. Fragmento

-Escuche -la interrumpí-. Perdone que se lo diga otra vez, pero no puedo dejar de venir aquí mañana. Soy un soñador. Hay en mí tan poca vida real, los momentos como éste, como el de ahora, son para mí tan raros que me es imposible no repetirlos en mis sueños. Voy a soñar con usted toda la noche, toda la semana, todo el año. Mañana vendré aquí sin falta, aquí mismo, a este mismo sitio, a esta misma hora, y seré feliz recordando el día de hoy. Este sitio ya me es querido. Tengo otros dos o tres sitios como éste en Petersburgo. Una vez hasta lloré recordando algo, igual que usted. Quién sabe, quizá usted también hace diez minutos lloraba recordando alguna cosa. Pero perdón, estoy desbarrando de nuevo. Puede que usted, alguna vez, fuera especialmente feliz en este lugar. 

-Bueno -dijo la muchacha-. Quizá yo también venga aquí mañana. A las diez también. 


Fotografía: Giuseppe Rotunno.


jueves, 20 de febrero de 2025

Rayuela. Fragmento.

“No estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico, pero después caíamos en silencios terribles y la espuma de los vasos de cerveza se iba poniendo como estopa, se entibiaba y contraía mientas nos mirábamos y sentíamos que eso era el tiempo. La Maga acababa por levantarse y daba inútiles vueltas por la pieza. Más de una vez la vi admirar su cuerpo en el espejo, tomarse los senos con las manos como las estatuillas sirias y pasarse los ojos por la piel en una lenta caricia. Nunca pude resistir al deseo de llamarla a mi lado, sentirla caer poco a poco sobre mí, desdoblarse otra vez después de haber estado por un momento tan sola y tan enamorada frente a la eternidad de su cuerpo.”

Julio Cortázar- Rayuela


Pino Daeni

Complicidad de la buena

En un mundo en donde no podemos ser directores de nuestro campo perceptivo, en donde todo lo que nos habita es lo que la cultura de masas decide volcar adentro nuestro. En donde la noción de intimidad es el retazo que, de casualidad, la cultura de masas todavía no transformó en exhibible-consumible, pero que cuando ella lo toque cederemos esa porción sagrada al circuito de las cosas banalizables. En un mundo así, con una sociedad así, aplanada y homogeinizada hasta lo insospechable, completamente manipulable, yo celebro un amigo que me interpele. 

Y no solo por eso sino que cuando un amigo me dice todo que sí, me usa. Si avala en mí estereotipos sociales que no le hacen bien a nadie, si calla frente a mis hábitos meramente repetitivos de lo naturalizado, genera la posibilidad de que una convención social siga viva a través mío. Me trasforma y se transforma y transforma nuestra amistad en un vehículo más del estado naturalizado de las cosas. Nos convertimos en meros servidores, de la mera convención, de la repetición ciega sorda y muda, servidores de lo normalizado.

Hay que parar la bocha de vez en cuando, somos como planetas sin atmósfera, hiperperforables, membranas 100% permeables. Un amigo, una amiga tiene que interpelar, preguntarte las cosas, preguntarse a sí mismo frente a vos, enriquecer la pregunta, fortalecer el criterio y la sensibilidad.

No todo el tiempo, pero tiene que hacerlo de vez en cuando.

Una amiga que está para mí, realmente, también está para nutrir el bien común. Una amiga que me valora no celebrará en mí aquello que nos degrada como especie o que degrada a otro, aunque incomode, porque si la amistad es fuerte hay lugar para desaprender y por lo tanto para crecer. Una amistad fuerte es incómoda y pretende desandar un poco el mundo porque en ese mundo está tu amigo y lo que tu amiga quiera para el mundo lo querrá para tí. Y es hora de actuar antes de que nos devoren del todo.


La devoción: Las amigas. Lautrec